Introducción
Escribir es algo más que pensar; es sentir, imaginar, vivir. Es decir, que mal puede escribirse si no pensamos previamente, si no ordenamos mentalmente lo que vamos a escribir, si no nos trazamos un plan adecuado de trabajo. Quiere decirse, en esencia, que sólo puede escribirse bien cuando se domina el tema y cuando se ha meditado suficientemente sobre el mismo. Es decir, pensar primero y escribir después.
En tal sentido se da paso a la redacción, que etimológicamente significa compilar o poner en orden; en un sentido más preciso, consiste en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados. Redactar bien es escribir la frase con exactitud, originalidad, concisión y claridad. Es una actividad que pone en funcionamiento complejos mecanismos biológicos y corporales, pues cuando escribimos es siempre para decir lo que tenemos en nuestro espíritu o está a nuestro alrededor y lo relacionamos con nuestro pensamiento.
Es importante la norma como uno de los elementos del proceso de redacción que permitirá dar coherencia, cohesión, estética a los escritos. En tal sentido se desarrollan estrategias de redacción como: El proceso de redacción: que permite la planificación y revisión de los textos, estrategias de organización de ideas, estrategias de revisión y corrección, estrategias de socialización, evaluación de los textos como producto de su trabajo en aula.
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